Ana Espinel, directora general de Audiotec | Ángel Arenaz, Dpto. Técnico de Audiotec
Cuando todos los años se acerca la fecha del Día Internacional de Concienciación sobre el Ruido, prolifera en los telediarios y en las tertulias radiofónicas la noticia de que “España es el segundo país más ruidoso del mundo después de Japón”. Esta afirmación, en si misma, no es más que un mito urbano que se ido transmitiendo de generación en generación y de hemeroteca en hemeroteca, orgullosos en algunos casos de ser la segunda potencia mundial en algo, aunque sea en la emisión de decibelios por encima de lo normal.
En la realidad, hasta la actualidad no ha existido una información coherente, con datos y criterios unificados, que permita sostener dicha afirmación. De hecho, no existían datos con los que poder asegurar que ciudades como Valladolid, León o Zamora son más ruidosas que otras como Roma, Dublín o Moscú, o que un pequeño pueblo de la comarca de Sanabria es más ruidoso que uno de los Alpes suizos.
Lo cierto es que hasta hace unos años apenas existía información sobre el ruido urbano en Europa, y los métodos empleados por cada país, incluso por cada municipio, eran particulares y dispares entre si. Actualmente, en cumplimiento de una Directiva Europea (Directiva 2002/49/CE) en los países miembros se están llevando a cabo mapas de ruido urbano con criterios unificados (Junio de 2007 para los municipios de más de 250.000 habitantes, y Junio de 2012 para los municipios de más de 100.000 habitantes). En Castilla y León, dado que únicamente tres municipios entrarían dentro de la obligación contemplada en la Directiva Europea, la Junta de Castilla y León adoptó la decisión de exigir y realizar los mapas de ruido en todos aquellos municipios de más de 20.000 habitantes de Castilla y León. Actualmente la entidad adjudicataria UTE AUDIOTEC-CTA está llevando a cabo dichos mapas de ruido en todos aquellos municipios que se subscribieron al ofrecimiento de la Junta de Castilla y León, estando prevista su presentación en Junio de 2012, de forma que será a partir de dicha fecha cuando realmente se podrá afirmar si somos ruidosos o no.
La información obtenida con estos mapas de ruido servirá para que las Administraciones lleven a cabo planes de actuación para mejorar las condiciones acústicas de los municipios, lo cual unido a las nuevas exigencias contempladas en últimas normativas nacionales sobre el control de la calidad acústica de los edificios (exigencias de cumplimiento “in situ”), contribuirá positivamente a la mejora de la calidad de vida de los ciudadanos, y a que se elimine el tópico de que somos un país ruidoso.