Norte de Castilla | 12/11/2010
Diez decibelios arriba o abajo pueden constituir la sustancial diferencia entre el descanso reparador y el insomnio, sobre todo si el edificio en el que se habita está al pie de una avenida tan transitada como la de Salamanca, que soporta un volumen de tráfico de miles de vehículos diarios.
La remodelación de esta vía, reinaugurada el pasado mes de julio, ha contribuido, sostienen desde el Ayuntamiento de Valladolid, a reducir considerablemente el impacto acústico que, según recoge el mapa sonoro de Valladolid de 2008, superaba los 70 decibelios de media durante el día. Las mediciones más recientes, aseguran los técnicos de Medio Ambiente, recogen que el ruido por el tráfico diurno en esta vía ha descendido ahora hasta los 60 decibelios. «La contaminación acústica ha bajado en pocos meses nada menos que dos escalones, pues los decibelios se miden en tramos de cinco en cinco», explicó el concejal Jesús Enríquez, responsable de Desarrollo Sostenible y Tecnologías Avanzadas y Coordinación Territorial, que presentará hoy el informe definitivo del Plan Municipal Contra la Contaminación Acústica para su aprobación en la Junta de Gobierno.
Según este informe, el nivel de ruido ocasionado por el tráfico en la avenida de Salamanca, Duque de la Victoria y la plaza de San Miguel ha disminuido hasta diez decibelios de media durante el día. Ello es el resultado, insisten desde la Concejalía de Desarrollo Sostenible, de las primeras medidas del plan centradas en las infraestructuras urbanísticas, y que se complementan con otras para aminorar el impacto de la contaminación acústica en la ciudad, como las inspecciones a establecimientos de hostelería, «que se intensificarán en los próximos meses», o la inclusión de medidas contra el ruido en la propia planificación urbanística de residenciales como Ciudad Jardín San Isidro, el polígono 29 de octubre o el paseo del Arco de Ladrillo. También se desarrollan acciones encaminadas a este fin en planes de rehabilitación, como en La Rondilla, para mejorar la calidad acústica de las viviendas.
Del morado al naranja
En la avenida de Salamanca, especialmente en la intersección con la calle Padre José Acosta, se superaban los 70 decibelios durante el día, lo que en el mapa acústico se colorea en morado, representación del máximo nivel de ruido en la zona, y por encima del límite legal admisible. Desde su reapertura, la imagen del sonido en ese tramo ha pasado a ser naranja, color que representa la franja sonora de 60 decibelios. Según el plan que será aprobado hoy en la Junta de Gobierno tras resolverse las alegaciones, de un total de 62.000 vecinos de Valladolid afectados por la contaminación acústica, unos 6.078, es decir, el 9,8%, se exponen a menores niveles de impacto sonoro durante el día como resultado de estas obras de remodelación. De noche ha mejorado el nivel de ruido para un 5,4% de esta población, lo que se corresponde con 4.869 personas, sobre un total de 89.100 vallisoletanos expuestos ruido nocturno.
En concreto, la vecindad afectada directamente por la avenida de Salamanca, sobre todo los vecinos de Huerta del Rey, se cifra en 6.260 personas y, de ellas, el 85% (5.321) reciben menor impacto acústico durante el día, mientras que de noche son 3.756 personas (el 60%) las que soportan menos ruido procedente del tráfico en esa vía. Es menor la población afectada por el ruido del tráfico en Duque de la Victoria, donde se circula en una sola dirección desde abril de 2009 y la densidad del tráfico se ha reducido a la mitad. Son 1.260 vecinos, que en un 40% sufren menos el impacto del tráfico durante el día (504), y el 75% (945 habitantes), por la noche. También la remodelación de San Miguel, con la semipeatonalización, un 15% de los 1.684 habitantes de la zona afectados directamente han visto reducirse el nivel de ruido por el día (253 habitantes) y en menor número, un 10%, por la noche (168).
Pero si los coches son la primera causa de ruido de Valladolid (y es soportada por los vecinos con tanta resignación como ocurre con las obras públicas) no es la única. El Ayuntamiento registró 156 denuncias en 2009, principalmente, contra bares. En lo que va de año se tramitan 71 expedientes.