ABC | 25/02/2010
El éxito de las empresas de Castilla y León depende de una nueva filosofía: apostar por la innovación para acceder a los mercados de todo el mundo. Los grandes pioneros del siglo XXI ya no van en carromatos hacia el oeste porque su «El Dorado» se encuentra ahora en la conquista de nuevos mercados. Sin revólver ni fusiles, tan sólo armados con una buena carga de I+D+i y unas balas de imaginación, los emprendedores de Castilla y León se están abriendor camino en un territorio llamado competitividad.
Emerix, instalada en Valladolid, es una de estas jóvenes empresas con espíritu revolucionario. Sus riendas las llevan «dos socios y un destino»: convertirse en referente de la fabricación y diseño de puntos de recarga para los coches eléctricos. No podían estar en mejor momento. Ni en mejor lugar. Justo donde Renault tiene instalado un fuerte en el que el próximo año dará comienzo la producción de su apuesta por el vehículo ecológico, lo que significará el pistoletazo de salida para estas industrias que piensan en futuro. Mientras llega ese momento, en Emerix no decansan. «Cada tres meses sacamos modelos nuevos», comenta el responsable de Desarrollo de negocios de la firma, José Aispuro. Y eso que son los primeros de la Comunidad que controlan todos los procesos, desde el diseño a la comercialización, de soluciones de recarga eléctrica para los medios de transportes limpios con el medio ambiente.Además, siguen estrenando avances no sólo en la Comunidad sino también en el marco internacional. Su última propuesta es algo tan cómodo para los usuarios como un sistema de pago a través de la cuenta del móvil. Otro punto a favor de Emerix son sus reducidos costes, ya que el precio del punto de recarga más sencillo está en unos 580 euros, aproximadamente la mitad que sus competidores. Con un gesto tan sencillo como poner a cargar el teléfono por la noche, con una recarga lenta de entre seis u ocho horas, será posible llenar el depósito del coche por tan sólo tres euros. Cuando llegue ese momento y empiece a renovarse el parque automovilístico, es posible que Audiotec ya comercialice una idea pionera en España que ya «está bastante avanzada», según fuentes de esta empresa con sede en el Parque Tecnológico de Boecillo, en Valladolid. Se trata de un proyecto basado en reciclar materiales procedentes de la automoción, como caucho o neumáticos, para desarrollar un aislante acústico para suelos y paredes. Gracias a esta solución, ya no será necesario estar «solos ante el peligro» aguantando los ruidos del vecino: tacones, lavadoras centrifugando, ladridos o discusiones indeseadas, pasarán desapercibidas. Desechos de automóviles Nunca se había investigado la utilización de los desechos de automóviles, que se suelen destruir o quemar, para su aprovechamiento en el sector de la construcción, por lo que el proyecto, además de innovador, es respetuoso con el medio ambiente. El aislante final será un material base en combinación con estos subproductos que se icluirá en sistemas constructivos en forma de ladrillos, yeso u otros elementos constructivos. Ya sea convencional o eléctrico, en nigún caso está permitido que los conductores tomen alcohol, algo «sin perdón» y fuera de la ley. Por eso, otra empresa emplazada en tierras vallisoletanas ha lanzado una idea única en el mundo para pasar por la cantina sin efectos adversos. Grupo Matarromera, que hace unos días ha sido distinguido por el periódico Mercados del Vino con el Premio a la Mejor Gestión en I+D+i, ha creado Eminasin. Además de ser baja en calorías, esta bebida para todos los públicos concentra lo mejor del vino, como sus propiedades antioxidantes o sus beneficiosos efectos cardioprotectores. Sin alcohol El contenido alcohólico de Eminasin es prácticamente nulo, apenas un 0,5 por ciento, por lo que es apta para colectivos que hasta ahora tenían vetado el vino, como ancianos, enfermos, embarazadas, personas que profesan religiones que no permiten el consumo del alcohol, e incluso niños, para quienes puede ser tan nocivo e incluso más saludable que cualquier refresco clásico. Del campo a la lata Matarromera, que también ha obtenido el Premio a la Internacionalización Empresarial de Castilla y León 2009, es la primera bodega de Europa que implanta este sistema de desalcoholización en vinos de alta gama. Este singular producto tiene gran aceptación en países latinoamericanos como México, República Dominicana o Costa Rica, en los que se toma frío en el formato de lata. Si el vino Eminasin se lleva a cualquier sitio en un pack de latas, lo suyo sería hacer lo mismo con una carne que acompañe bien. Se puede. Y además, existe la posibilidad de que sea un lechazo de raza churra, ya precocinado, que tan sólo necesita algo más de media hora de preparación para servirlo a la mesa. A los responsables de Campos Góticos, una empresa familiar, que liderada por tres hermanos y un sobrino, tiene «raices profundas» en la tradición de ganadería ovina, se les ha ocurrido esta idea que lleva en el mercado desde junio. Desde luego que la lata, que mide 30 centímetros y pesa tres kilos, no es ni del tamaño ni de la forma que una de sardinas o de caballa, pero también es verdad que sus cuatro años de caducidad hacen de ella una alternativa ideal para llevársela a «la casa de la pradera» o al lugar que haga falta. Sin conservantes ni colorantes, la lata contiene medio lechazo churro cuya carne está en perfecto estado tanto tiempo gracias a que va sumergida en grasa de pato. En palabras de Mariano Páramo, uno de los socios, «el producto es superexquisito por la calidad, la jugosidad y la ternura de la carne». En la provincia de Palencia, en el término municipal de Villerías de Campos, la Sociedad Hermanos Pármo posee una explotación de 1.400 ovejas de raza churra. En este mismo emplazamiento, mantiene abierta al público una tienda de alimentos delicatessen en la que también se pueden encontrar elaboraciones artesanales de queso, una de sus grandes especialidades. El poder del sol De la misma forma que Hermanos Páramo dependen de los recursos naturales que les proporciona la Tierra de Campos, como las alfalafas, cereales y rastrojos con los que se alimentan sus ovejas, DC Wafers Investments necesita otros elementos de la naturaleza para que su negocio tenga sentido. En concreto, esta empresa ubicada en la provincia de León, en Valdelafuente, mantiene un constante «duelo al sol», ya que su actividad está intimamente relacionada con los poderes del astro rey. Las obleas de silicio son un componente básico para la fabricación de placas fotovoltaicas, que vienen a ser como el corazón que da vida a los colectores solares que ya forman parte de muchos paisajes, los ya habituales paneles que hacen posible la viabilidad de una de las energías renovables con más futuro, la solar. Puntera en el proceso productivo de obleas de silicio multicristalino, DC Wafers destina el 10% de su producción al mercado nacional, mientras que el grueso, el 90% tiene como destino el mercado europeo y asiático. Tiene oficinas de representación en Corea del Sur, Japón y Estados Unidos. Su capacidad de producción es de algo más de 13 millones de obleas al año, lo que representa una potencia cercana a los 45 Megavatios al año. La maquinaria que utiliza se ha importado de Estados Unidos, Suiza, Alemania, Rusia, Hungría y Reino Unido. Por otra parte, las materias primas demás elementos auxiliares que utiliza proceden de Rusia, Alemania, Estados Unidos, Canadá, Corea del Sur, Japón y Bélgica, y en menor medida se obtienen de España. DC Wafers realizará a finales de año una inversión adicional de 30 millones de euros, lo que situará su esfuerzo inversor en un montante total de 76 millones Las obras de construcción de la planta comenzaron en 2008, por lo que el inicio de la fabricación y las operaciones comerciales se pusieron en marcha hace menos de un año, en junio de 2009. El esfuerzo inversor alcanzó los 46 millones de euros, entre activos fijos, edificio, maquinaria de proceso, instalaciones y otras actuaciones. De las 123 personas que conforman la plantilla, cinco son investigadores que trabajan en el departamento de I+D. A DC Wafers no le parece suficiente. A finales de este año tiene previsto realizar una inversión adicional de 30 millones de euros con la que espera duplicar la capacidad actual de la fábrica. En sentido figurado, desde luego, pero no cabe duda de que los emprendedores de la Comunidad están dispuestos a «morir con las botas puestas» para sacar adelante sus iniciativas.