noticiasmedicas.es | 02/06/2010
La hipoacusia es la disminución del nivel de audición por debajo de lo normal. Esta patología afecta a cinco de cada mil niños nacidos vivos, por lo que se calcula que en España cada año unos 2.000 bebés tienen problemas de hipoacusia ya desde el momento de su nacimiento.
Es una discapacidad auditiva que, si no se trata en edades tempranas, puede tener consecuencias irreversibles en la adquisición del lenguaje con las correspondientes repercusiones en el ámbito emocional, académico y social del niño.
Asimismo, un 40% de niños presenta, antes de los 5 años, episodios de otitis serosa (mucosidad en oído medio), de más de 3 meses de duración, siendo ésta una causa frecuente de retraso en el habla y de fracaso escolar.
En cuanto a los adultos, se estima que aproximadamente el 20% de las personas mayores de 18 años presentan alguna forma de hipoacusia aumentando esta cifra hasta el 25% en los mayores de 65 años y el 80% en los mayores de 80. Existen además videncias de que en general el número de casos de hipoacusia va en aumento, sobre todo en los países más desarrollados.
Las causas de la hipoacusia son múltiples:
- Genéticas
- problemas durante el embarazo o el nacimiento;
- Las enfermedades infecciosas como la meningitis, el sarampión, la parotiditis y las infecciones del oído (especialmente cuando aparecen durante la infancia, pero también en fases posteriores de la vida).
- Medicamentos ototóxicos a cualquier edad, incluidos algunos antibióticos y antipalúdicos.
- Los traumatismos craneoencefálicos o del oído.
- El cerumen o los cuerpos extraños que obstruyen el conducto auditivo externo.
- El ruido excesivo (maquinaria ruidosa o música a un volumen muy alto.
- Disparos o explosiones.
- A medida que se envejece, la exposición acumulada al ruido.
Las consecuencias de la hipoacusia también son múltiples. En el caso de los niños afecta al aprendizaje y a su relación con el entorno. En los adultos la disminución de audición se asocia con un deterioro en la calidad de vida debido a la tendencia a aislarse social y familiarmente. Además, puede contribuir al deterioro cognitivo y al envejecimiento cerebral. De ahí la importancia de tratarla ya que el 80% de los casos pueden resolverse o corregirse con audífonos y otro 15% mediante intervención quirúrgica.
Prevención
La mitad de los casos de sordera y defectos de audición pueden evitarse mediante la prevención y el diagnóstico y tratamiento tempranos, según informa la OMS
El diagnóstico precoz en cualquier enfermedad es importante, pero en el caso de la sordera se trata de un elemento determinante para conseguir un tratamiento eficaz, sobre todo en recién nacidos. Esto es debido a la relación existente entre audición y lenguaje, ya que sólo se dispone de un periodo de tiempo de cuatros años para evitar que las pérdidas de oído tengan efectos permanentes en el desarrollo del lenguaje. “Por tanto, es muy importante detectar a todos los niños con hipoacusia lo más precozmente posible”, argumenta la Dra. Zabaleta. La Comisión para la Detección precoz de la Hipoacusia (CODEPEH) elaboró un programa de detección precoz de hipoacusias que desde 2003 se aplica a los recién nacidos en La Rioja.
Pero además -añade la especialista-, “la prevención de la hipoacusia en los niños pasa por el control exhaustivo de los episodios de otitis; el seguimiento de los embarazos, previniendo las infecciones de la madre y el feto durante esta etapa, el asesoramiento genético en el caso de que haya antecedentes familiares de hipoacusia y en la educación de los niños mayores para que no escuchen música a intensidades elevadas.”
En el 58 Congreso de la Sociedad Española de Otorrinolaringología y Patología Cérvico Facial (SEORL PCF), se abordó el impacto del ruido en el sistema auditivo. Se estima –tal y como se puso de manifiesto en el Congreso-, que el 27% de la población sufre hipoacusia o disminución del nivel de audición inducida por el ruido”. Estudios de EEUU indican que un 70% de los adolescentes tienen lesionado el nervio auditivo por esa razón.